-Un pulpo
-Aceite (mejor virgen extra)
-Sal gruesa
-Pimentón picante
PREPARACIÓN:
-El primer error que se puede cometer al preparar el pulpo es cocerlo en fresco, sin congelarlo previamente. El pulpo debe estar congelado durante al menos una semana (en función de su tamaño) para que al cocer nos quede tierno. Lo sacaremos del congelador a la nevera el día antes, dejando que descongele poco a poco.
-Antes de cocinarlo, deberemos lavarlo bien, hasta que el agua salga transparente, tanto la cabeza como los brazos, que suelen tener mucha tinta en las ventosas.
-Ponemos al fuego una olla grande con agua, y cuando hierva, “asustamos” el pulpo metiéndolo y quitándolo del agua tres veces.
-Cuando vuelva a hervir, lo dejamos durante 40 minutos, procurando que siempre esté en ebullición porque si deja de cocer se pondrá duro. Tras esto, apagamos el fuego y lo dejamos otros 10 ó 15 minutos en reposo dentro del agua.
-A continuación se corta en trozos pequeños con unas tijeras y se le añade la sal, el aceite y el pimentón al gusto.
-Se puede acompañar con patatas cocidas. Si aprovechamos el agua de cocción del pulpo para las patatas, éstas quedan más sabrosas.
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